El sol de toda una vida,
el sol de todo el verano,
el de toda una tarde,
en la fachada;
a su calor, un hombre sentado en el banco de enfrente.
Corre una suave brisa que despierta los sentidos,
un eco de anhelos juveniles.
Contempla, en cada una de las casas,
la luz
de toda una vida
de todo el verano
de toda esta tarde,
la de un precioso ocre de recuerdos.

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