Franz Kafka dejó
anotado en sus Diarios este párrafo maravilloso:
"Mísero, mísero y no obstante bien intencionado.
Ya es medianoche, pero, como ya he dormido lo suficiente, esto es
sólo una excusa, puesto que de día tampoco he escrito
nada. La bombilla encendida, la casa silenciosa, la oscuridad del
exterior, los últimos momentos de vigilia, todo ello me da
derecho a escribir, aunque sean las cosas más deplorables.
Y me apresuro a usar este derecho. Así soy yo."
Pues sí, así somos nosotros también, los
promotores de Literatuya, porque ¿después de escuchar
éstas y muchas otras afirmaciones, todas ellas legítimas,
díganme ustedes, ¿quién se resiste a escribir?
¿quién pide permiso?
Literatuya es, pues, una revista
de literatura, entendiendo por literatura el afán
por la escritura, su carácter compulsivo. También
su necesidad y, ¿por qué no decirlo? su placer. Es
decir, entendemos el hecho de escribir como un acto estrictamente
personal. Escribimos porque escribimos y porque tú. De ahí
el título de la Revista.

Literatuya cuenta con un círculo de amigos/as y
colaboradores/as, a quienes hemos convenido en llamar Cronopios.
Ya saben, los cronopios cada vez que encuentran una tortuga, sacan
la caja de tizas de colores y sobre la redonda pizarra de la tortuga
dibujan una golondrina, como muy bien explicó Julio Cortazar
en Manual de cronopios. Los cronopios son un poco
locos, anarquistoides, iconoclastas, imaginativos. Pero, créanme,
lo mejor de todo es que cuando un cronopio necesita hacerse
una fotografía, acude a un Fotomatón y se hace retratar
en la forma siguiente: las cuatro primeras fotos muy serio, y la
última sacando la lengua. Esta última el cronopio
se la guarda para él y está contentísimo con
esa foto. Claro que, además de cronopios, también
tenemos famas y no pasa absolutamente nada: ya saben, según
los definió Julio, los/las famas son unos tipos conformistas,
bien adaptados a todo, camaleones urbanitas. Bienvenidos sean. Y
es que todos cabemos en el camarote de Literatuya.
Ellos (nosotros, pero también ustedes) les informarán
de lo que pasa fuera y dentro, pero muy a su manera (y pueden encontrar
algún ejemplo en los Informes
que ya les mostramos). Les contarán
cuentos (o relatos, como
ustedes prefieran) para que puedan soñar (despiertos o dormidos,
eso lo dejamos a su elección). Si el sueño lo bendice
Dios o se encumbra por méritos propios en una estupenda pesadilla,
o, sencillamente, se convierte en un juego, eso ya lo veremos, que
por algo dijo Baudelaire que la vida no posee más
que un encanto verdadero: el encanto del juego.
Barcelona, diciembre de 2002
El Comité de Redacción de Literatuya |
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Lectura recomendada:
· Presentación de Literatuya,
de Arturo Montfort
Breve crónica de lo acontecido en la cafetería librería
CAT-Guinardó en 27 de marzo de 2003. Con algunas imágenes.
Lectura obligada:
· Fotomatones, de Màrius Serra
Artículo aparecido en "La Vanguardia", Barcelona,
Martes 1de abril 2003.

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