Mi libro recuperado: EL CORAZON DE LAS TINIEBLAS
de Joseph Conrad
por José Luís Caballero
Joseph Conrad ejerce sobre mí una influencia contradictoria. Por el lado negativo le tengo envidia, una insana y destructiva envidia porque la gran frustración de mi vida es no haber dado la vuelta al mundo en un velero o no ser capitán de barco. Por eso "Lord Jim" es una de mis lecturas más apreciadas y libro de cabecera durante muchos años. Con "El corazón de las tinieblas" me pasó algo que suele ser corriente en nuestro mundo audiovisual y es que vi primero la película basada en ella, "Apocalipse Now". Película y libro no tienen, cierto, gran cosa en común excepto el nombre de ese ser misterioso, Kurtz, y una atmósfera opresiva y agobiante que consigue tanto Conrad con la palabra como Coppola con la imagen. Fue casualidad que en mi heterogénea y desordenada biblioteca apareció hace unas semanas un ejemplar de "El corazón de las tinieblas", descolorido y polvoriento pero todavía con el eco de los tambores y los gritos, como el juego de mesa de Jumanji. Lo he leído de nuevo y tengo que confesar que, como la primera vez, me ha dejado un amargo sabor de boca, una sensación de desolación y de mal rollo - como se dice ahora - que, supongo, era la intención última de Conrad. Lo consigue, ¡por todos los dioses que lo consigue! Ese viaje río arriba es lo más tétrico e inquietante que he leído nunca y el personaje de Kurtz algo que, con la cara de Marlon Brando, no se olvida nunca.
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